Honestidad, Integridad y Coherencia
Grandes valores que todo
Coach lleva por bandera.
Cuando se trabaja en
equipo, se forma parte de un colectivo, empresa, grupo o asociación
se necesita mucha confianza y respeto por cada uno de los miembros.
Pero la cuestión
realmente parte de la predisposición y de valores que están
sellados dentro de uno a fuego, como si de una marca de nacimiento se
tratara y que te caracteriza. Aquellos valores que provienen de
nuestras raíces y que tienen un poder intrínseco y no solamente lo
hace clave en todo tipo de relaciones personales y sociales, sino que
también hace admirable, respetable y atractiva a la persona que los
lleva por bandera.
Honestidad, integridad y
coherencia. Tres valores difíciles de descubrir en nuestra sociedad
como si fuera un cuadro de “Donde está Wally”.
La Honestidad es el
respeto por sí mismo y al resto de seres que nos rodean. Y sus
“alas” son la conciencia y la franqueza. Hay que mirarse
mucho a uno mismo para caminar en esta cuerda manteniéndola firme y
no permitir que se afloje por nada del mundo. Porque es un valor tan
alto, que quien consigue ser honesto y afloja la cuerda, necesita las
“alas” para volver a ella. Pero quien permanece en lo alto de la
cuerda con la firmeza de no fallarse a sí mismo y respetarse,
no solo tendrá una buena relación con las personas, el mundo y las
cosas, sino que será un buen espejo para otros, un buen
coach.
La Integridad es cuando
hay un estado más elevado de conciencia. La persona que es íntegra
hace y está seguro que hace lo correcto. Su respeto por sí
mismo y su responsabilidad son las “alas” que lo mantienen
firme en sus actos y sus decisiones. La dignidad se
pierde cuando se traiciona la integridad propia.
La Coherencia es cuando
aquello que piensas, sientes y haces está en consonancia, y se actúa
y se mantiene así constantemente el equilibrio. Las “alas”
que hacen que este sea un alto valor son: ecuanimidad y sabiduría.
Quien no es coherente carece de bastante equilibrio y suele ir
acompañado de dudas, inseguridades y miedos que no permitirán
reconectar con la verdadera esencia del ser y encontrar el
equilibrio en nuestras proyecciones tanto individuadles,
interpersonales y sociales.
Así cuando estos altos
valores están en nosotros asentados nos hacen ideales para la
relación de ayuda, para la educación, para trabajar en equipo, para
el liderazgo, etc.
Y si eres Coach, esto es
un compromiso, el ser lo mejor para mostrarle a tu cliente o
clientes, a tus compañeros de trabajo, de grupo, asociación, vida y
familia. Para ellos tú eres el espejo donde ellos se miran y es la
única forma de ganarte su respeto y el de los demás. Serás el faro
que atrae con luz propia.
Por Marla Sánchez,
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