miércoles, 14 de octubre de 2015

LA ESCUCHA-ARTÍCULO POR JULIO LOBATO

LA ESCUCHA


Cada vez más descubro la importancia de una buena escucha completa, tengo la sensación de que es la clave para estar OK con uno mism@ y con los demás. El hecho de escucharse es de por sí sanador, dejar de ser víctima ante uno mismo y ante los demás, ante el mundo. Eso no quiere decir que conscientemente me permita entrar en el registro de víctima si me apetece, aunque como digo desde la consciencia y responsabilidad de que así lo elijo.


Y que es una escucha completa? Aquella que atiende a mis tres mentes, cognitiva, somática y de campo. Cognitiva en cuanto a nuestros pensamientos, razones, lógica, discursos mentales. Somática en referencia a nuestro cuerpo incluyendo corazón, estómago y por último la mente de campo que nos rodea y nos conecta con todo lo que es y de la que podemos obtener recursos muy valiosos para mejorar como personas.

Cuando me escucho completamente a mí mismo me convierto en escultor de mi vida, en creador de mi futuro a cada paso, me siento libre de pensar, decir, hacer, sentir lo que quiero y deseo siendo ecológico con mis valores y con los demás, se desvanecen las creencias limitantes, desaparecen los bloqueos, se aflojan las ataduras, se aligera la mente, el cuerpo y mi energía se equilibra y se alinea con los elementos (tierra, aire, agua, fuego y energía).

Cuando me escucho completamente y a los demás, me siento satisfecho de atenderme y atender lo que surge desde mi esencia sin  personajes, de ahí me viene mi satisfacción de sentir lo que quiero sentir y no lo que tendría o debería de sentir. Ahora me acuerdo de Virginia Satir y sus 5 libertades como final para éste artículo. Para terminar la frase, siento luego soy libre.

Las cinco libertades, Virginia Satir
La libertad de ver y oír lo que hay,
en lugar de esperar lo que debería ser, lo que era, o lo que será.
La libertad de decir lo que siento y pienso,
en lugar de decir lo que pienso que debería decir.
La libertad de sentir lo que siento,
en lugar de sentir lo que creo que debería sentir.
La libertad de pedir lo que quiero,
en lugar de esperar el consentimiento ajeno.
La libertad de correr mis propios riesgos
en lugar de conformarme con la seguridad.


Artículo elaborado por Julio M. Lobato Fernández

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