Cuando las empresas se ponen en contacto conmigo, me
piden ayuda para ver cómo podemos hacer para que sus empleados, rindan más, estén más motivados, se
comprometan más con la empresa…… y una serie de necesidades que según ellos,
los responsables, el CEO o Director de la organización, detectan y les está
produciendo un trastorno en la misma.
Conforme
voy escuchándoles y haciendo preguntas, empiezo a darme cuenta de
algo que ellos no han visto en todo el tiempo que llevan trabajando con sus
empleados: el comportamiento o actitud de sus empleados, tiene un alto
porcentaje de relación a cómo ellos mismos actúan con sus empleados.
Es
decir, me estoy refiriendo a cómo dirigen ellos a su personal.
Y
digo dirigir y no liderar, pues liderar, para mí son “palabras mayores”.
El
“cargo “de líder, no es algo que tu solito/a te puedas poner como etiqueta,
igual que la etiqueta que lleva el traje que te compras. El papel de “líder” te
lo asignan otros, en base a cómo te relacionas con ellos.
Por
tanto, cuando escucho sus palabras, cuando me cuentan las debilidades,
carencias o necesidades en sus equipos de trabajo, solo me viene a la cabeza,
la palabra:
“LIDERAZGO, LIDERAZGO, LIDERAZGO”.
Efectivamente
, la palabra liderazgo, es algo que igual que el término “Educación”, nos sale
ya, hasta en la sopa, pero no por ello, podemos obviarla, pues eso supondría,
que queremos dar “de lado lo que ello
supone”.
Siguiendo
con mí narración, tras finalizar mi escucha, es cuando empiezo a llevar a esa
persona al término “responsabilidad”, sí “responsabilidad”, sobre lo que
él/ella me cuenta.
Las
personas con cada uno de los actos, de nuestra vida, con cada mínimo movimiento
que hacemos , producimos un impacto, generamos un efecto en los que nos rodean,
igual que cuando tiras una piedra a un lago, y empiezan a surgir hondas
alrededor de donde cayó la piedra.
Entonces,
es cuando hago ver a la persona con la
que me entrevisto, el impacto que tiene en su personal, cada frase que sale de
su boca, cada paseo o no paseo, por el puesto de trabajo de la empresa, cada
mirada que lanzan, cada “ caricia o no caricia
( metafóricamente hablando) que trasladan a cada persona con la que se
cruzan en la misma y así un sinfín de movimientos que diariamente hacen y que
no son conscientes hasta ese momento, en el que entienden que esa falta de
motivación, de compromiso o falta de rendimiento, está directamente relacionada
con su comportamiento hacia ellos.
Por
ello nunca me cansaré de decir que la primera responsabilidad de alguien que
asume un “cargo” , un rol y tiene personal bajo su paraguas , no es saber mucho
sobre la tarea que tienen que desempeñar los suyos (aunque no está de más),
sino “manejar” equipos humanos, como el que tiene el carnet de conducir 20
años, conocer el comportamiento de las personas, saber qué necesitan y que no
necesitan y sobre todo , sobre todo , “ Desarrollar una capacidad de Observación y Escucha”, inigualable, pues
con solo eso y ayuda de algún profesional en el Ámbito del Desarrollo de
competencias o Talento, ya habrá avanzado en más del 60% de sus objetivos.
Por
ello desde aquí, que me estás leyendo , te lanzo el reto de dedicarte unos
minutos todos los días, a observar a tus empleados, a escucharles, a mirarles a
la cara y a interpretar lo que necesitan; a veces no necesitan más que una
mirada sincera, un buenos días de corazón y una pequeña pregunta ¿Qué tal
estás? O “Fulanito/a, me he dado cuenta de lo bien que gestionaste ayer ese
asunto que te asigné”.
El
liderazgo, empieza por estas pequeñas cosas como te acabo de mencionar, así
que, te invito a que empieces a introducir en tu día a día, estos pequeños
actos, que aunque te parezcan algo “ñoños” o “insignificantes”, te aseguro y ya
me contarás, que empezaran a darte otro tipo de resultados en menos tiempo del que pensabas.
Encarna Teruel
Coach Profesional
Consulting & Developement
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