¿Te
has preguntado cuál es la imagen que proyectas a los demás? ¿La
imagen que proyectas es congruente con la forma en que quieres que
los demás te vean?
Todo
lo que nos rodea es imagen,
porque todas las ideas nacen de un pensamiento que, gracias a un
proceso mental e inteligente de nuestro cerebro, se convierte en un
concepto, y esta a su vez en una imagen gráfica. La forma en que nos
proyectamos y la forma en que los demás nos perciben influyen de
manera determinante en nuestro crecimiento profesional y en la
seguridad personal.
Nuestra
manera de mostrarnos ante los demás, externamente tiende a
convertirse en un reflejo de nuestros pensamientos y deberíamos
esforzarnos por descubrir si hay un desequilibrio entre lo que
aparentamos, lo que quisiéramos ser y lo que realmente somos.
La
frase popular “como te ven, te tratan” tiene mucho de cierto, en
especial en el ámbito social y laboral. Si bien en los últimos años
las reglas o códigos de vestir se han flexibilizado, aún es
vigente que la forma de vestir, hablar, escribir o comportarse en
general, refleja mucho de cada persona y, sin lugar a dudas, genera
reacciones de aceptación o de rechazo.
La
vida nos presenta retos, incertidumbre y pérdidas y, como las
personas somos la media del entorno que nos rodea, nos contagiamos
los unos de los otros con nuestras emociones y creencias, por lo que
nuestra inteligencia social tiende a imitar y a conformarse con lo
que hace la mayoría a nuestro alrededor.
Hay
un factor que dispara la capacidad de superación de obstáculos de
las personas: es el afecto de los demás, y tiene un gran impacto en
nuestra autoestima y nuestra motivación.
Cómo
nos valoramos a nosotros mismos y en las ganas que tenemos de
retarnos y de lograr metas, las expectativas (como nos ven, como nos
valoran), lo que los demás esperan de nosotros, … todo ello nos
mueve para bien o para mal y son una forma de esperanza, porque los
humanos necesitamos que nos den alas.
Hoy
en día vivimos en una sociedad en la que todo va muy rápido; hemos
pasado de una revolución industrial donde todo era mecánico a una
revolución tecnológica donde tenemos toda la información en
nuestro teléfono móvil y esta tiene un impacto brutal en el mundo y
en las personas.
Antes,
las personas tenían dos pares de zapatos, dos vestidos y un abrigo;
hoy en el armario de cualquier persona hay 20 pares de zapatos, 8
jerséis, 10 camisas, etc. Cada mañana
tenemos que tomar decisiones rápidas sobre qué estilismo elegir,
cómo nos maquillamos o peinamos, qué complementos quedan bien, y
toda esta toma de decisiones nos causa estrés y ansiedad, y no nos
damos cuenta. El trabajo del Coach en imagen es ayudar a las personas
a manejar esa información, a equilibrar a las personas y fijar
metas, a alcanzarlas y a producir resultados rápidos. Y, como
dice mi
maestro de Coaching: si
tú cambias, todo tu entorno cambia.
Pilar
Verdú.
Nº socia: 1425
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